Formación rocosa natural, esculpida por la madre naturaleza, algo excepcional y digno de ser apreciado en todo su esplendor, como dos eternos acompañantes, un oso y un delfín quedaron petrificados emergiendo de las movidas aguas para estar siempre vigilantes de los lugareños y visitantes de esta parte de la costa, un cuadro que nadie puede dejar de visitar.